Hoy sin ir más lejos.
Me he pillado a mí misma queriendo apuntarme a un curso, como ocurre cíclicamente.
Me declaro totalmente cursillista. Estoy en constante formación y al día de tendencias, mejoras de mi servicio, mejoras internas para mi empresa, etc., etc. Y si te digo la verdad, una parte es por estar al día y seguir creciendo y por otra por inseguridad.
Siempre tenemos la sensación de que nos falta algo y no paramos de hacer listas de cosas que tenemos que hacer, cursos a los que apuntarnos, artículos gurús que leer y religiones a las que convertirnos.
¡¡PERO!!
La frase de que la formación sin implementación es absurda la llevo grabada en las venas y es algo en lo que siempre caígo y termino no aplicando ni la mitad de las cosas en las que me formo #yoConfieso.
Así que he encontrado oun método para que eso no les pase a mis alumnos. Es algo que persigo bastante en tutorías y la metodología de las formaciones porque sé que sino se aplica, queda simplemente en un curso divertido e interesante. Pero yo no quiero eso, yo quiero ayudar realmente a la gente porque sino no tendría sentido lo que hago.
Ya sabemos que estos días son muy de balance y reflexión y yo tengo una teoría. Diciembre es el mes de los reencuentros, el mes de comparar tu vida del año pasado (cuando volviste a ver a todas estas personas) y tu vida de este año, y también de comparar los avances ajenos con los propios. Por eso hacemos balance.
De pronto tenemos un montón de inputs nuevos con los que hace autocrítica, sin pasarnos, e idear un nuevo plan de conquista del mundo.
A mí me pasó el otro día en Navidad por cuenta propia (os debo post jaranero en cuanto tenga las fotos oficiales, que se están haciendo de rogar). Vinieron a mi dos tipos de perfiles que me sorprendieron mucho.
Por una parte los que me decían que me veían siempre tan ocupada y haciendo tantas cosas que no se atrevían a escribirme para pedirme asesorías o presupuesto para que les ayudara en sus proyectos. Y por otro los que me veían tan creativa que les daba apuro proponerme trabajar con ellos porque se sentían “poca cosa”.
Esta fue mi cara ante ambos:
Me dio pena y alegría a la vez. Por una parte no me gustaba parecer tan inaccesible para la gente pero por otra al fin había descubierto la barrera que me separaba de tener más clientes.
Esto te puede estar pasando a ti.
Ves que a todo el mundo le encanta lo que haces, te nombran, te reconocen, se interesan por ti, notas su cariño pero luego no llegan a comprarte o a proponerte cosas que luego descubres que sí querrían haber hecho contigo.
Esto es como ir a ligarse a la fea porque sabes que la guapa va a pasar de ti.
Bueno, pues vengo a deciros a todos que ¡yo soy la fea! jajaja y para demostrarlo he decidido lanzarme a la piscina con algo y a ver qué pasa.
Sí, este post parece un capítulo de los Simpsons que empieza de una forma, sigue de otra y acaba sorprendente.
He creado un servicio experimental llamado “Emprender sin sufrir: la publicista de guardia”. Será una comunidad social donde pondréis preguntar todas esas dudas puntuales que os van surgiendo sobre textos, diseños, campañas, etc. Pedir consejo con cómo tratar algún tema delicado que os ocurra con un cliente o cualquier falta de motivación que os esté haciendo estancaros en vuestros pasos o encontrar nuevas alianzas o colaboraciones.
Si no hubiera ido a Navidad por cuenta propia no hubiera descubierto estas cosas, o las hubiera descubierto más tarde porque no hay nada como tratar con otros empresarios en grupo para que te digan cómo te ven desde fuera. Por eso me parece algo tan valioso
Está claro que os lo debía y me lo debía. Este lugar también va a ser mi punto más cercano, donde yo también os contaré cosas, os propondré retos y haré que todos esos retos formativos se vayan implementando. Va a ser un grupo de trabajo muy hippie en cuanto a libertad de tiempos y muy comuna en cuanto compartir, pero con la suficiente mano firme para recibir formación puntual y estar ojo avizor para trabajar mano a mano con vosotros y vuestros proyectos para que SÍ IMPLEMENTÉIS. No desde la obligación, sino desde el ayudaros a romper esas barreras con vosotros mismos.
Porque una asesoría individual express es genial y se resuelven mil cosas y una asesoría estratégica más aún porque realmente haces un análisis y puesta en marcha holística, PERO para los que no tienen recursos y prefieren compaginar las asesorías con un seguimiento y soporte diario para fuegos, esta fórmula es perfecta.
Podéis ver aquí cómo formar parte de esta nueva comunidad. Para mí es muy importante lanzarla y sentirme más cerca de vosotros y ver si he dado con la tecla para ayudaros mejor.
Mil gracias por estar aquí una semana más. Nos vemos en el próximo post o en la guardia publicista.
Muchos besos a todos.
Banda sonora del post: No puedo vivir sin ti – Annie B Sweet y Coque Malla