TRANSCRIPCIÓN

Se acercan días festivos, Navidades, Semana Santa, Verano… Y empiezas a ver como la gente empieza a decir “último día y vacaciones” y cosas así. Pero tú vives en otro ritmo donde no vas a parar ni de coña.

Hoy hablamos del conflicto de parar.

Hola a todos, soy Ire Martín, publicista, escritora y diplomada en bne, y en este podcast hablamos de mentalidad, emprendimiento, psicología, conciencia de unidad y mucho amor con humor.

No sé tú pero una gran cantidad de gente prefiere aprovechar cuando el resto del mundo para, para meter el turbo. El síndrome de trabajar en domingo porque se trabaja más tranquilo, venido a vacaciones generales.

Y es que se está tan a gusto cuando no hay demandas externas de atención, soporte, mails, notificaciones, actividad varia fuera y se puede una centrar en lo que tiene que centrarse que es un gustazo.

Yo ahí veo dos cosas: sería buenísimo generarnos un contexto en el que podamos entrar en esa energía siempre, independientemente del ruido externo. Y por otra parte, que pereza que solo se alineen los astros cuando para todo el mundo, no?

Fíjate que el otro día hablé en Instagram de la tendencia que vemos últimamente de gente que “se va de Instagram” o más bien dicen que se van pero luego no se va nadie, por el tema del ruido y de cómo se usa la herramienta, etc.

Para mí son cosas muy parecidas porque en realidad es convivencia con lo social digital y el ruido externo en general.

En realidad el “me voy de Instagram” es un poco el “no tengo tele” que se decía hace unas décadas. Es un movimiento de me subí al carro de las normas sociales/digitales pero ya no quiero estar. Cada cual por su motivo pero la tónica general es una decepción. En aquellas épocas con lo que salía en la tv y ahora con lo que sale y cómo se usa IG. Es exactamente lo mismo porque, amigos, Instagram es básicamente un medio de comunicación. Fin de la historia.

Lo del romanticismo y bombo que se le da a irse o quedarse ya es otra historia y no deja de mostrar el conflicto emocional que parece que hay con este asunto por las explicaciones, intentar convencer a otros, etc. Son factores emocionales vinculados, guste o no, al medio. Y es una tendencia porque en ninguna generación había sido tan fácil ser el medio de comunicación en sí y nos vemos obligados a decir a nuestros espectadores con un comunicado el porqué del cierre de emisión.

Pero volviendo a los patrones emocionales, si nosotros siempre aprovechamos cuando otros descansan para meter el turbo, seguramente nunca tendremos espacio para descansar y eso pasará factura.

Recuerdo cuando yo era de esas en los primeros años. Además sentía que no tenía que descansar porque llevaba tal subidón encima y estaba con la mente tan tan tan acelerada que me parecía imposible. Es más, una vez me fui con mi mejor amigo a hacer lo que bauticé como la ruta de los atardeceres y solo disfruté los primeros 4 días, después ya era nervios de “estoy tardando mucho en volver y no me va a dar tiempo a hacer lo que quiero hacer antes de que vuelva todo el mundo”. Que puto estrés y que disociación tan bestia del presente.

El no ser suficiente y querer adelantar para ponerte al día con los que sí lo son. Te prometo que pasa factura. Porque nuestro cerebro necesita oxigenarse y más si crees que no lo necesitas. Si es tu caso que salten los warnings.

Me ha pasado toda la vida sin poder disfrutar de ciertas cosas. En verano era de las que vivía amargada por los putos cuadernillos de verano y que necesitaba hacerlos los primeros días para tener descanso mental. Si había algo pendiente en mi cabeza me era literalmente imposible desconectar.

Cuando emprendí pensé que ya nunca más podría desconectar. Menos mal que no fue así. En cuanto me empezó a ir bien económicamente, la desconexión volvió y súper rápido.

Quedarnos puntualmente trabajando porque queremos hacer algo y no llegamos o tenemos pico creativo o cosas así, está genial. Pero yo te invito a repasar los periodos de descanso que has tenido en el último año, y más este extraño año.

Si son escasos o nulos, siente cómo estás mental, física y emocionalmente ahora y qué necesitas.

Si la respuesta que te ha salido es: ganar dinero. Piensa si dejando de descansar 3-4-7 días va a cambiar mucho eso. Esta semana hablaba con mi tribu en Academia de Visibilidad que si estamos muy petadas con algo, no es sostenible ni merece la pena porque al final explotamos.

Es importante tenerlo en cuenta.

Nuestro cuerpo tiene un mecanismo automático fisiológico de autorregulación, que es lo que hace que un médico de urgencias pueda hacer guardias sin dormir de 24 horas, por ejemplo. Se ponen en marcha una serie de mecanismos fisiológicos para aguantar. Si nosotros no descansamos, es probable que no lo notemos inmediatamente porque estamos con este pico de adrenalina pero que termine quemándonos.

Si no quieres tener que irte de Instagram de un portazo ni que te tengan que recoger con una carretilla, regúlate y plánteate si el ritmo actual es viable y compatible con la vida que quieres.

Si es puntual, ponle fecha de comienzo y fin, para que no sea una excusa/justificación sino que sea algo real. Y si ves que estás cayendo en una dirección que no te gusta, modula, pide ayuda y para un par de días.

Yo, por mi parte, podría aprovechar las navidades para estudiar y muchs cosas más a un ritmo frenético como he hecho en otros momentos de mi vida, pero voy a hacer la locura que llevo haciendo todo el año:  escucharme, respetarme y VIVIR.

Y antes de irme quiero agradeceros el crecimiento del podcast este año e invitaros a seguir compartiendo episodios, escuchando y recomendando porque me ayuda infinito a seguir creando contenido para vosotros.

Un beso enooooorme y nos vemos en el próximo episodio, que ya será en 2021. Feliz Navidad, Feliz año, feliz vida. GRACIAS POR ESTAR.