Nos escondemos.
Nos ocultamos.
Nos protegemos.
Llámalo X, todo es lo mismo.
Intentamos evitar la autoexigencia exigiéndonos ser menos exigentes.
Intentamos ser más visibles creando contenidos donde no nos mostramos por sentir que no somos interesantes o adecuados.
Rellenamos huecos.
Con series, con vídeos, con conversaciones vacias, con usuarios que fortalecen la carencia, con información que nos exige o con contenido que nos recuerda todo lo que nos falta para llegar a ese lugar que aún no tenemos ni puesto en el mapa.
Vemos facturaciones millonarias, nos prometen ganar 5, 6, 7 o infinitas cifras jugando a ver quién la tiene más grande y empequeñeciendo o ignorando un sentir general que hay, en mi opinión, que priorizar para que salga de ese estado de carencia.
Recibimos al día millones de estímulos que nos recuerdan muchas cosas, que construyen y destruyen. Generamos millones de reacciones neuronales ante esos estímulos que van tejiendo la corteza cerebral donde se encuentran nuestras interpretaciones, suposiciones y creencias. Todo un caldo de cultivo que alimentamos infinidad de veces al día.
Puesto así, puede asustarte, ¿no?
El mecanismo inconsciente de protección al que somos adictos.
¡Y quién no va a ser adicto!
Estoy en una sala de espera y me aburro (=siento solx o insegurx) y ¿qué hago? Saco el móvil, cas siempre justificado, claro.
Aprovechando el tiempo para consultar eso o contestar a aquel o actualizar redes. Rellenamos el tiempo que no tenemos con acciones que no queremos ni nos nutren.
Alimentamos el mecanismo de rellenar carencias y nos hemos vuelto adictos a ello: mirar el móvil.
Lo consultamos unas 85 veces al día, pasamos una media de 5 horas mirando a esa pantalla y eso trae mucho bueno y mucho inconsciente que puede transformarse en malo.
De nuevo, lo que condeno no es la herramienta ni el comportamiento, pero sí señalo el mecanismo inconsciente que se nos despierta y al que tenemos mayor acceso.
El beneficio secundario de hacer este mecanismo es que siempre hay alguien o algo al otro lado que nos haga sentir bien. Recordemos que Internet es un océano infinito de posibilidades, todo con tal de no enfrentarnos a nuestra vida, eso mejor posponerlo no nos vayamos a poner demasiado intensos.
Nos da miedo enfrentarnos a nuestras carencias emocionales porque no tenemos herramientas para manejarlas.
Es mejor ocupar el tiempo que darnos cuenta de que un trabajo ya no nos llena, o nuestra vida, pareja, familia, casa, ciudad… [inserte pequeño drama cotidiano aquí].
El otro día leí en un libro que la única emoción que nos diferencia de los animales es el odio. Los humanos odiamos como mecanismo de destrucción de todo lo que no nos hace felices. Es pura spervivencia emocional.
Y es que todos los mecanismos inconscientes que realizamos para ocultarnos es, precisamente, por supervivencia y protección. Miedo a que alguien nos diga algo en directo y que no lo sepamos manejar o miedo a ver nuestra soledad interna y que necesitemos llenar nuestro tiempo entretenidos porque sino nos moriríamos de la pena.
No tenemos herramientas emocionales ni base de gestión emocional y el móvil hace un gran servicio a nuestras carencias. Evidentemente también es una gran herramienta de trabajo y comunicación y ahí no es necesario ni entrar, solo en la parte de automatismos que ocultan algo más.
Date cuenta de que desde que existe Internet, muchísima gente (me incluyo) ha interactuado con gente totalmente desconocida afirmando que se sentían mejor contándole su vida a alguien fuera de su círculo. Esto nos dice varias cosas:
- El entorno donde hemos crecido (zona conocida) nos condiciona a la hora de salir y mostrarnos. Si alguien dudaba que ahí estaba el origen de las creencias que le están condicionando, ahí va una prueba más de que así es.
- Tenemos la necesidad de mostrar partes de nuestra personalidad fuera de los círculos donde no lo hemos podido mostrar. Esto explica porque mucha gente me pregunta qué hace si le siguen personas de su familia o de su pasado en la cuenta de empresa y que les condiciona a la hora de ser ellos mismos. Parece contradictorio, ¿verdad? Pues no lo es, tiene todo el sentido del mundo por lo que acabo de comentar.
Porque esto condiciona tu visibilidad
Si cuanto más nos mostramos, más visibilidad tenemos porque más reales nos perciben, cuanto menos mecanismos activos que nos oculten tengamos, mejor.
Puede ser que tu entorno esté condicionando tu exposición y por eso te esté frenando a actuar más y crecer.
O, por el contrario, como me pasaba a mí, a medida que tu visibilidad aumenta, tu miedo también. Lo desconocido y la pérdida de control y, el consiguiente, miedo a los ataques o mala gestión hacen que inconscientemente se frene en seco esa visibilidad y comiences a hacer cosas que hagan que ese crecimiento de estanque.
Hay que ser muy consciente para detectar qué puede estar ocurriendo, autoindagar y resolver el enigma de tu visibilidad.
Parece mentira como algo tan tonto y automático como el uso de nuestro móvil puede tener tanto valor oculto detrás.
Pero, ¿sabes qué? Todo eso puede cambiarse.
No estamos condenados a nada ni las circunstancias de las que huimos van a ser siempre así o vamos a tener que tomar una decisión que nos duela. No siempre es así y por ello tenemos que abrir nuestra mente y cultivar nuestras herramientas emocionales para poder hacernos la vida más fácil y con menos dramas. Yo soy más fan de la tragicomedia, ¿y tú?
En muy poquito publicaré la serie #InfluencersMini, mi investigación sobre el patrón social y emocional de la visibilidad y que nos acompañará durante varios meses. Me encantará que no te pierdas nada, así que suscríbete a mi newsletter en el formulario debajo de este post para que te tenga al día.
Y si quieres profundizar en el trabajo con la mentalidad y las creencias limitantes, puedes apuntarte aquí a la lista de interesados en mi próximo programa formativo “Out of the box” para recibir información prioritaria en cuanto abra las plazas.
Pero antes de irte, te dejo un ejercicio extra aquí debajo para que puedas trabajar con la carencia que estás tapando inconscientemente con el móvil o cualquier otro mecanismo automático que realices y sospeches que trae una carencia emocional detrás. Rellena tus datos y desbloquea la práctica.
Cómo trabajar con la carencia que estamos tapando inconscientemente
Te propongo un ejercicio que solo dura un día y que te puede transformar mucho.
RELLENA TUS DATOS Y DESBLOQUEA EL CONTENIDO PRÁCTICO
¿Eras consciente de todo esto? ¿Crees que en tu caso te ocultas detrás del móvil o de otros mecanismos inconscientes automáticos? Cuéntame en comentarios y ayúdame a ayudarte nutriendo más mi investigación sobre el patrón de la visibilidad.
4 respuestas
Hola Ire, madre mía qué artículo! Me ha encantado por lo real de la situación, me identifico mucho es estos momentos con él y con lo del móvil, y con lo del entorno, dónde a veces nos condiciona al rol qué tienen de nosotros prestablecido, yo creo que lo qué más me está costando es eso, lidiar con mi entorno, es como que me apoyan de boquilla, pero luego susbconscientemente siento que no lo hacen, yo volví al pueblo, al huerto familiar, tratando de emprender, y apostando por uns gestión más ecológica y conectada con la naturaleza del huerto… Es cómo qué a veces siento que soy una flipada, por querer emprender con lo mal qué está el trabajo en España para los jóvenes, y que voy de listilla, vaya ser que me vaya bien, y todos sus argumentos pesimistas se les estampen Contra a frente… Osea no es algo que me digan a mí directamente, pero a veces son comentarios que hacen de otras personas..
Es un entorno de gente trabajadora de campo, aceituneros, jornaleros, y parece que si no te partes el lomo, trabajando y sudando en el campo, eres un vago.. también tengo un blog que estoy intentado monetizar para tratar de hacer llegar a más gente un mensaje de que podemos cuidar el medio ambiente y tener una buena vida, y que hay emprendimientos que son beneficiosos para la naturaleza, pero parece que las horas que estoy trabajando con el ordenador, no es trabajo para ellos… No sé me siento un poco incomprendida. Y internet ayuda a sentirte más conectada con gente qué piensas cómo tú… Sin juzgarte… Seguiré indagando Irene, me voy a hacer el ejercicio… Gracias por este post!
Jo, Rocío, muchas gracias por tu comentario y todo lo que compartes y aportas. Me siento muy identificada con esa percepción de “soy una listilla por querer cambiar mi destino” y por lo de la percepción de que alrededor hay un apoyo de sí pero no. Tú misma lo has dicho y tiene mucho que ver. Cuando nosotras somos las primeras que nos juzgamos y no nos reconocemos, aparecen alrededor proyecciones de otros que nos lo recuerdan. El trabajo clave aquí es estar en coherencia con lo que haces y con el porqué lo haces, recuperar ese reconocimiento a ti misma y dejar de juzgarte por querer ser más libre con tu talento y ese proyecto tan precioso que tienes. Al final, posicionándonos en nuestra libertad desde el amor, recordamos a los que tenemos alrededor que también pueden ser libres. Esto último a veces es maravilloso para ellos y a veces escuece por miedo, pero eso ya no es nuestro tema, solo la forma de vivir y percibir nuestra vida. Un beso enorme y gracias por el comentario.
Ya, sí es verdad, puede qué yo también me esté juzgando, y proyecte esos miedos, bueno no puede, es, jeje dejemos el autoengaño de lado también!!
Muchas gracias por tu respuesta Ire!!! A seguir!
Ou yeaah! 🙂