Ya me lo decía mi tutora de EGB cuando tenía 10 años, “Irene, lo que tú quieres es imposible. Solo caen bien a todo el mundo los billetes de 10.000 pesetas”. Y se quedó tan ancha.
También me decía que sabía que si por mí fuera, a veces me quedaría a vivir detrás de una planta para pasar desapercibida. Sí, lo sé, igualico que ahora.
Pues sí, vivía frustrada cada vez que no le hacía gracia a alguien o no cómo yo esperaba y crecía en un constante mirar hacia “el qué dirán”. Con el paso del tiempo vi que no era única y que el mundo estaba rodeado de esta tara multitudinaria que intentamos resolver en masa.
Por ejemplo oímos lo bueno que es el networking y blabla pero nos cuesta más que a Chiquito de la Calzada caminar recto y con tacones. La educación de Juan Palomo se nos ha instalado cual cookie informática y a veces el componente hermitaño se apodera de nosotros.
Sin ir más lejos, el día 29/10 estuve en el evento Mola Ser Blogger meeting como blogger invitada, ya que como os comenté hace unas semanas estoy colaborando en su blog aportando la visión marketiniana del mundo blogger.
Era la primera vez que iba a un evento sin conocer a absolutamente nadie nadie ni de oídas, y encima asistiendo como ponente. Todos los inputs eran vírgenes y eso era genial, pero la parte de la zona de confort a veces atenaza, por el deje de lo de los billetes de 10.000 pts. y querer ser una planta y todo eso.
Como soy la primera que sabe lo importante hacer networking, buscar colaboraciones e ir a eventos para potenciar esto, tuve que reinventar el concepto (al final del post os cuento cómo).
Y es que, digo yo… ¿Y si ese networking americano que nos da tanto miedo respeto, lo adaptásemos realmente a la cultura y costumbres españolas?
Estos son los pasos que te propongo para optimizar un networking libre de dopajes y seguro de ti mismo:
Empieza por eventos que te den buen feeling: no sé tú pero yo me he obligado a veces a ir a cosas porque pensaba que serían muy buenas para mí y luego resulta que tenía que haber hecho caso a mi intuición.
Selecciona lugares acordes a tu filosofía de trabajo, con tus mismas inquietudes e idioma y saldrás de tu zona de confort entre algodones y por la puerta grande.
Ponte un objetivo: esto hará que estés más enfocado y con menos cara de no sé qué hacer, SOS o que nos quedemos con el móvil en una esquina. Cuando vayas a un evento con posibilidad de hacer networking, piensa qué te gustaría conseguir. Buscas alguien para una colaboración, clientes, socios, guest blogging…
A veces el objetivo es más personal y buscamos comprensión entre gente que trabaja también por cuenta propia, compartir un rato agradable, experiencias, risas y luego dios dirá.
Seguramente luego consigas mucho más aparte del objetivo (te aconsejo que te marques solo uno por cada evento) que te has marcado, pero es la forma de que tus pasos vayan más dirigidos a la par que tu sentido arácnido y que no se te hagan las horas más eternas de la semana.
Pon al día tu tarjetero: parece obvio pero yo hay veces que iba mentalmente muy preparada y solo con 5 tarjetas en el tarjetero… #AplaudanDePie. Es cierto que no estamos repartiendo flyers y es importante saber a quién le das tu tarjeta.
Aunque hoy todos nos podemos encontrar a todos en internet, ocupar un espacio físico en la cartera de alguien es un privilegio que está bien que aproveches.
Tomátelo como un juego y será más sencillo. Es lo que intento fomentar en el evento para autónomos que organizo y que te contaré al final del post. Por aquello de españolizar esta herramienta y hacer más fácil la creación de vínculos y popurri humano sin exclusiones, es importante adaptar las acciones a nuestra cultura para romper más fácilmente las barreras.
Si estás pensando en organizar un evento de networking ten esto en cuenta, facilita las cosas y piensa qué necesitaría un español para sentirse cómodo en este tipo de eventos.
No te fuerces ni te frenes: a veces nos pasamos de forzar un comportamiento que no es natural y parecemos Pocholo recién aterrizado en Ibiza, pero también a veces nos cortamos para no sobresalir demasiado y nos quedamos en modo planta. Esto es como cuando eres nuevo en un colegio, pero en versión adulta, así que como adulto que eres, márcate tu objetivo y simplemente sé tú mismo.
Ten un guión: lo recomiendo para que no lo tengas que usar pero para que vayas tranquila. Es un ejercicio de visualización para tímidos y te servirá para saber que vas a tener controlada la situación. Puedes escribir sobre las diferentes posibilidades que encontrarás (gente fría, gente que ya se conoce, gente demasiado proactiva), piensa qué comportamiento te gustaría tener ante estas situaciones y qué conversaciones puedes tener al respecto, sin perder de vista tu objetivo y viendo cómo te sientes ante cada situación y cómo vas a atravesarlo.
Seguramente se te ocurran tremendas películas de Hitchcock, por tanto genial porque si tienes claro cómo atravesar eso, luego la realidad (que será ultra light seguro) te parecerá un juego de niños.
> Nota en el parabrisas: No caigas en el fantasma de los followers: “espera, que te sigo en instagram” Ese momento en el que vas a ver que esa persona que te cae tan bien tiene muchos más followers que tú y piensas, qué vergüenza cuando vea que solo tengo (inserte cifra aquí). O ese momento en el que sabes que esa persona tendrá menos followers que tú y entonces te sentirás tranquila y orgullosa de tu pequeña gran comunidad. No caigas, no te compares, enciende el chip, somos personas y #EmprenderEsCompartir. Fuera complejos ni acomplejados.
El networking no sólo es una acción de relaciones públicas. El networking te obliga a abrir tu mente, a salir constantemente de tu área de confort conociendo gente nueva, con distintas profesiones y te obliga a que tu mente empiece a trabajar haciendo sinergias y viendo posibilidades.
Además de que sea muy productivo en cuanto a contactos, también es productivo para ti mismo porque tu mente se obliga a trabajar y los procesos creativos empiezan a crecer y crecer dentro de ti. El típico síndrome que ocurre tras un networking de éxito es que vuelves súper motivado, con ideas nuevas y muchas ganas de ponerlo en marcha. Es sin duda un impulso y un subidón. Y todo por abrirnos y salir de nuestro área de confort.
Y sin más dilación, os presento mi proyecto Navidad por cuenta propia, la cena de empresa de los autónomos. Harta de la soledad del emprendedor y la ausencia de cena de Navidad, cesta y todas las catastróficas desdichas, hice un experimento. En 2014, en Madrid en petite comité, en 2015 experimentando la expansión a alguna ciudad más (y consiguiendo 3 sedes) y este año… Somos 16 sedes por cuenta propia.
Es una cena, también un evento de networking y sobretodo una convocatoria para compartir la misma filosofía de trabajo colaborativo y de no competencia bajo el lema #EmprenderEsCompartir.
Podéis ver todas las ciudades que vamos a tener Navidad por cuenta propia este año en Facebook e Instagram, pero si eres de Madrid, estaré feliz de que vengas, nos pongamos cara, compartamos carcajadas, fotos, anécdotas y todo lo que va a ser la convocatoria de este año.
Aquí tienes el cartel de este año y solo te digo que la cosa promete. Puedes ver aquí lo que se coció el año pasado, pero te adelanto que de ahí además de risas y anécdotas para todo el año, salió mucho trabajo, proyectos y colaboraciones que se han ido cocinando el resto del año.
El espíritu de #EmprenderSinSufrir hecho jarana productiva is coming!!
El evento, por supuesto, es sin ánimo de lucro y el precio íntegro de la entrada es para menú y logística del evento. Nos tomamos muy en serio el #EmprenderEsCompartir y el dinero sobrante, al igual que los alimentos que queráis aportar vosotros, irán destinados al Banco de alimentos de Madrid para que ellos tampoco se queden sin cena de Navidad.
Grábate esto en la cabeza: autónomos podemos ser muchos, pero a mí ¡me faltas tú!
Apúntate antes de que se complete el aforo!! Último día para apuntarse el 27 de noviembre… Tic-tac.
P.D.: compártelo con los autónomos que conozcas para que nadie cene en soledad este año. Y si no te quieres perder nada, no olvides suscribirte antes de irte de aquí.
Banda sonora del post: Mi realidad – Lori Meyers
