De esto que tú te vas al cine con tu amiga porque tu pareja odia ese tipo de pelis.
Hasta aquí bien.
Pero que te des cuenta de que el pobre niño protagonista es claramente carne de ser autónomo. Eso ya es fuerte.
A ver si no lees esto y te sientes identificado:
La sensación de estar en la cuerda floja estaba ahí, como siempre, de forma cíclica.
Todas las miradas puestas en mí como si fuera a abrirse el telón y los focos me apuntaran sin remedio. El pánico escénico crecía, aunque yo no tenía ninguna duda de que iba a hacerlo saliera como saliera.
Aunque me temblaran las piernas y no estuviera segura de si aquello iba a funcionar, Show must will go on.
Ire, hija mía, ¡ve al grano!
En una palabra: vulnerabilidad.
Lo que caracteriza al autónomo, lo que persigue nuestros sueños, logros y fracasos. Es lo que nos ocurre cuando nos fijamos en el que lo ha hecho bien (=el que parece que gana dinero) y nos olvidamos de lo que nosotros somos y que seguramente el que parece tener mucho éxito esté o acabe de estar como tú hace dos días.
Y es un de los motivos por los que nos tachan de ermitaños. No nos atrevemos muchas veces a salir de nuestra cueva y pijama porque pensamos que todos los emprendedores lo hacen bien y nosotros somos un auténtico fraude. Porque vemos que publican con alegría, optimismo y rebosantes de éxito y nosotros no tenemos ganas ni de publicar lo que hemos desayunado. Porque nos parecemos poco, qué coño digo, más bien poco y mal.
Así que estaba yo en el cine viendo al monstruo, escuchando kleenex y sollozos y me vino el flashback emprendedor.
Estos son los 3 básicos queque aprendí de Un monstruo viene a verme:
- Aceptar lo que te hace vulnerable salva tu alma y seguramente también tu empresa. Si miras de frente al monstruo y trasciendes el cague que te da, seguramente atravieses mucho más que un miedo y des un salto grande.
- Lo que tú quieres evitar no es lo que mejor te va a hacer sentir sino saber gestionarlo. El gran lema y filosofía personal que abrazo cada día. No podemos evitar cagarla ni dejar de hacer las cosas de manual porque somos humanos (como Chenoa nos enseñó). Pero sí aprender a gestionarlo y eso empieza por aceptarlo.
- Abrazar la realidad puede sacar tu talento y mostrarte el camino. Esto es algo que parece evidente, pero no lo es. Muchas veces no podemos evitar fijarnos en el que tiene éxito y hace algo que se acerca a lo que queremos. Caemos en la trampa e intentamos seguir unos pasos que no son los nuestros, abandonando nuestro talento genuino y que nos hace avanzar a pasos agigantados. Si partieras de cero y quisieras hacer algo, qué sería? Si la respuesta es distinta a lo que estás haciendo o cómo lo estás haciendo, enhorabuena, estás a tiempo de abrazar tu talento y sacarlo adelante.
Os parecerá una tontería, pero cuando más me he “curado” este tipo de taras inciertas sobre mí misma y mi camino emprendedor es cuando lo he compartido con otros emprendedores que creía que lo estaban petando y les he escuchado las mismas palabras que estaba teniendo yo por dentro.
Ahí es cuando te das cuenta de que el camino es el mismo para todos, que la vulnerabilidad es una símbolo inequívoco de emprender y que juntos el camino se hace mucho más ameno e incluso sencillo porque todos aprendemos de todos y colaboramos entre nosotros.
Ya sabéis que en una semana se cierra la venta de entradas para Navidad por cuenta propia en Madrid, me encantará veros y brindar por la vulnerabilidad y porque estamos en el mismo barco. Como dijo leo, por que cuente! Chín, Chín.
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